Samsung, en estado de pánico frente a la competencia china

Las luces rojas ya recorren todos los pasillos en las oficinas de Samsung. Alguien ha pulsado el botón de emergencia, y aunque su intención no era la de acusar el pánico, el miedo es algo que una vez inoculado ya no tiene cura. De este modo, solo el hecho de pensar que sus beneficios pueden llegar a reducirse en un 60% con respecto al año pasado, causa un temor justificado del que nadie puede escapar. 

La firma surcoreana ya ha resbalado las cifras del que será su siguiente destrozo en la cuenta de resultados para el tercer trimestre. Más o menos entre el 50% y 60% será la reducción en el margen de beneficios que Samsung tendrá en el tercer trimestre el año. Algo que por otra parte era esperado, pero ni mucho menos asumido. 

¿China?, ¿Apple?, ¿Xiaomi (Mi)?, ¿Huawei?, ¿todos?, ¿ninguno?, ¿ellos mismos? El gigante tecnológico ya no sabe qué pensar, a quién recurrir. Si hace unos meses en este mismo espacio hablábamos de que no debía tener miedo a Xiaomi, y que el propio talento de Samsung podría volver a reflotar lo que son primeros indicios de naufragio, ahora ya no parece tan sencillo. Ya no es solo una cuestión de innovación o volver a ser los más agresivos con el marketing. Ya no vale gastar y gastar en estrellas de cine y el deporte para promocionar sus terminales. En estos momentos Samsung debe convencer si quiere vencer. 

Su línea ofensiva estaba muy bien definida: Samsung Galaxy S5, Galaxy Alpha y Galaxy Note 4. Distintas experiencias de usuario, modelos e ¿innovación? Sea como sea, además de su infernal batallón de gama media y baja, los coreanos tenían todo previsto. Pero como una cadena frágil de fichas del domino, todo ha ido cayendo lentamente, o al menos no ha aguantado con la vigorosidad que necesita este mercado altamente competitivo. 

Los chinos, sobre todo representados en Xiaomi (Mi), y en gran parte Huawei, le están destrozando la gama media. Y Apple, con su iPhone 6, y su primo de mayor tamaño (Plus), han dejado a Samsung con las vergüenzas al aire. Aunque lo peor es que ya no sabe cómo tapárselas. Toman aire, respiran, no quieren ni oír hablar de BlackBerry, pero la realidad de los surcoreanos empieza a ser bastante dura. Ahora, con retazos de esperanza un tanto utópica, esperan la llegada de la Navidad para que la gente les haga su “agosto”, pero si no cambia la situación, ya no habrá días con sol para Samsung. Lejos han quedado las soflamas de que con innovación podrían salir adelante, lejos han quedado ya muchas cosas. 

Por: Raúl Masa (@raulmasa)