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HTC camina hacia su futuro sin aspiraciones

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El consenso, relativamente generalizado, es que los terminales de HTC son buenos, verdaderamente buenos, y la mayoría de sus lanzamientos son bien acogidos por la prensa especializada. Además, suelen tener el reconocimiento de la comunidad ‘geek’, y no le faltan buenas palabras por cualquier rincón del mundo. Ahora bien, ¿cómo puede ser que con todo esto HTC se haya convertido en una empresa tan indiferente en el ecosistema móvil? 

La primera respuesta puede encontrarse en que, a lo mejor, nunca ha estado al nivel de los grandes (Apple y Samsung), y todo haya sido un espejismo desarrollado por una calidad de dispositivos que luego realmente no se vendían, o su margen de beneficio era muy corto. Otra respuesta, también, puede surgir en el hecho de no haberse adaptado a un estilo claro a la hora de desarrollar su marca, bien porque no han hecho el marketing adecuado, o porque su estrategia de ventas ha estado a camino entre la “calidad de Apple” y lo “masivo de Samsung”. 

Sea como sea, HTC no encuentra el golpe de pedal. Si observamos su balance económico correspondiente al pasado mes de julio, la compañía taiwanesa ha ingresado 353 millones de dólares, muy lejos de los 522 millones del mismo mes del año anterior. ¡Y eso con el HTC One (M8) en el mercado desde primavera! No obstante, no solo hay que ver el lado negativo, aunque ese balanceo quizá sea el problema. Es decir, con los resultados del Q2 en 2014, la firma asiática reporta un beneficio neto de 80 millones de dólares, un 118% más que el mismo periodo del año anterior. 

Ha dejado atrás las pérdidas, sí. Ha mejorado la relación entre sus costes de producción y los beneficios, sí. Pero no logra encauzar una senda de crecimiento en cuanto a resultados y ventas que le haga sacar la cabeza del futuro incierto donde se encuentra. De hecho, hace ya tiempo que dejó de estar presente en los rankings de fabricantes que más terminales vende. No haber conseguido posicionarse en la gama media, la verdadera “niña bonita” en cuanto a la compra de dispositivos, lo está pagando caro. Lenovo o Xiaomi (Mi) han pasado como un rayo a HTC, que lógicamente tampoco ha estado hábil en el desarrollo de terminales para la gama baja o de entrada. Si tenemos en cuenta que los “premium” son una guerra en Apple, Samsung, y todos los demás, al final se trata de una derrota por incomparecencia. 

¿Las alternativas? Se han escrito docenas de análisis por parte de muchos expertos sobre lo que debería hacer o dejar de hacer HTC, y la mayoría coincide en lo mismo: llevar una estrategia paralela a los competidores. Suena poco alentador, pero en estos momentos la compañía taiwanesa no tiene rumbo. Está fuera de la lucha por “vender barato”, y “vendiendo caro” no puede competir. Así pues, solo queda seguir remando, aunque la dirección por el momento no sea clara. 

Por: Raúl Masa (@raulmasa)

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