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Yoigo: un camino sin salida

yoigo 4g 800 MHz

Estar a las puertas del podium peleando por conseguir una medalla, pero saber que nunca la podrás conseguir es algo que termina frustrando si de entrada se tienen mayores expectativas. Este no parece el caso de Yoigo, que si bien no ha tirado por completo la toalla, desde hace unos meses tiene un papel muy secundario en el sector de las telecomunicaciones, y lo peor de todo es que la evolución no marca una tendencia distinta. 

De hecho, entre rumores de compras, ventas y adquisiciones, los operadores que iban oliendo su rebufo han tenido una mayor presencia en los medios, que aunque no siempre es positivo, no deja de ser una publicidad gratuita que llega a los futuros usuarios. Aunque para entender el presente lleno de incertidumbres de Yoigo lo mejor es recurrir al pasado. Concretamente al verano de 2011, una vez que se dio por concluida la subasta del espectro de telefonía móvil que sentaría las bases para el 4G. 

En ese momento, y pese a que el futuro nunca se debe perder de vista, estaba claro que la frecuencia de 800 MHz sería la que marcaría en punto de inflexión en cuanto a la calidad y velocidad del 4G. Ahora bien, Movistar, Vodafone y Orange, con 1.623 millones de euros mediante, se aseguraron que dispondrían de la banda de 800 MHz, mientras que Yoigo, con unas limitaciones económica mayores, se conformó con la de 1.800 MHz, en la que actualmente operan todos, hasta que se libere el dividendo digital, pero que tiene más limitaciones de navegación que la otra. 

Con todas las cartas encima de la mesa, y la mayoría de ellas boca arriba, ¿cuál es el rumbo en estos momentos de Yoigo?, ¿dónde está ahora mismo? De entrada, y con las cifras de portabilidad en el Q1 de 2014, pese a la pérdida de 7.800 clientes en marzo, es la única de las 4 grandes que mantiene un saldo positivo, de aproximadamente unas 50.000 altas, pero muy lejos de lo que han conseguido Ono, antes de ser comprada por Vodafone, y Jazztel, que respectivamente suman 204.000 y 169.000 altas. 

Es decir, su problema se hace muy visible: no está al ritmo de inversión de las tres que van por delante, y las de detrás se han convertido en golosinas muy jugosas para los compradores, como ya ha demostrado Vodafone, por lo que Yoigo se encuentra en un extraño interludio del que no se sabe cómo va a salir. 

LOS PROBLEMAS CON SU “AMIGO” MOVISTAR 

Todo eran risas y acuerdos con Movistar hasta que de repente pone en tela de juicio todos los acuerdos que tenían firmados con Yoigo. Todo se ha hecho visible una vez que Pepephone dejó compuesto y sin pareja a Vodafone para marcharse con éstos ya que les prometían 4G. ¿El problema? Que una vez iniciados estos trámites, hechos los anuncios por ambas partes y demás, ahora resulta que lo mismo ni puede realquilar las frecuencias de inferiores a 4G para ofrecer una cobertura completa a Pepephone, ya que recordemos que Yoigo cubre aproximadamente un 80% del terreno nacional, y que el resto lo fecunda en un acuerdo con Movistar.

yoigo movistar 4g

En ese momento debemos retomar la pregunta sobre el rumbo que está tomando Yoigo, puesto que entrampada con Telefónica por el realquiler de frecuencias para dar servicio a Pepephone, sin banda de 800 MHz, que es la que de verdad ofrece una experiencia de usuarios distinta con el 4G, y sin saber si podrá acceder a ella, entre otras cosas porque hasta que no se libere el dividendo digital, ni los propietarios los saben… queda un panorama poco alentador para Yoigo. ¡Y todo eso sin hablar de la fibra!

EL CUARTO CONTRAPESO 

En esa enumeración de acciones en las que Yoigo de momento se está quedando descolgada, hay que añadir una nueva estrategia comercial que están llevando a cabo Movistar y Orange, y que a buen seguro Vodafone tardará poco en desarrollar, que es la de vender terminales en sus propias tiendas físicas, jugando con grandes márgenes de precio con respecto a los distribuidores tradicionales con lo que eso supone. 

De esta forma, se abre un nuevo escenario que tiene que ver con el propio sector de las telecomunicaciones y su competencia real. Es decir, si Yoigo queda al nivel de OMV, en el sentido de que tiene que estar siempre al margen de posibles acuerdos para dar un servicio integral, y Orange finalmente se hace con Jazztel, nuevamente se pasará a tres grandes compañías que se reparten tanto clientes como servicios con la peligrosidad que eso conlleva con respecto a la fijación de precios y competencia. 

Así pues, en estos momentos Yoigo se encuentra en una especie de camino sin salida, donde tiene que responder ante sus clientes sin saber muy bien qué decir. Es más, que se retrase la liberalización de los 800 MHz puede ser una salida hacia adelante para seguir apretando ajustando precios y costes, pero ya no queda mucho margen. El tiempo corre, y Yoigo necesita soluciones. 

Por: Raúl Masa (@raulmasa)

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