Las empresas de ‘telecos’ ya no quieren ser prostíbulos

Las comparaciones suelen ser odiosas, pero son tan ricas en contenido que es imposible escapar de ellas. Por eso, la pregunta es: ¿qué tienen que ver las empresas de telecomunicaciones, los prostíbulos, las compañías tecnológicas, la prostitución y la fibra óptica? Pues aunque no lo creamos se puede hacer una comparación perfecta de ambos “sectores” y ver cómo uno ya no quiere parecerse al otro. 

Todo arranca, aunque ya viene con antecedentes, del reciente acuerdo firmado entre Telefónica y Unidad Editorial para compartir sinergias en la difusión de contenidos por parte del grupo de comunicación. Vamos, esto es que la Madame del burdel ya no quiere que la prostituta (empresas tecnológicas que viven del negocio de Internet) usen las habitaciones, las camas y los preservativos que le facilita ésta (redes de fibra, despliegue de antenas y repetidores) y obtenga pingües beneficios del cliente final (este siempre es cliente) sin un retorno más importante de esa inversión. 

Bien es cierto que el discurso de las señoritas de compañía (redes sociales como Facebook o Twitter, o cualquiera de las grandes como Google, o incluso Apple) va encaminado en que gracias a ellas se llenan los burdeles y prostíbulos, y que así el cliente también tiene que pagar su cuita a la Madame y todos quedan contentos. Es más, argumentan que están consiguiendo traer más clientes gracias a sus innovadores y gratificantes servicios. 

Por eso, el acuerdo entre Unidad Editorial y Telefónica escenifica de manera perfecta esa situación. Los medios digitales, por ejemplo, viven de los despliegues de red por los que ellos no pagan nada. De ese modo pueden hacer sus negocios y llevarse mucho dinero. Llegados a este punto, los operadores telefónicos empiezan a pensar que este negocio no les gusta. Si todos quieres utilizar sus burdeles e instalaciones, vamos a compartir las cosas. Cuáles son sus posturas preferidas, los fetiches que tienen, es decir, que las señoritas (empresas) que usan las habitaciones compartan una información muy importante para poder realizar mejor sus planes de marketing y comunicación. 

Así, los responsables de los burdeles, aunque no se queden con el dinero que los clientes dan a las chicas, pero si les pueden ofrecer otra habitación, o el servicio de sauna, o el de restaurante (ofertas de televisión, tendencias de compra, etc…). Porque saben lo que comen, cómo lo comen y por qué lo comen.

De esta manera no es de extrañar que otros operadores, como puedan ser Orange o Vodafone, se encaminen hacia los acuerdos estratégicos con medios de comunicación, o incluso redes sociales. O que ellos mismos apoyen la creación de sistemas operativos para terminales móviles, como alguno ya está haciendo. 

Lo que parece claro es que eso de poner la infraestructura ya no es suficiente. Bien es cierto que ha habido negocios que han funcionado muy bien en la calle, sin necesidad de un puticlub para ofrecer los servicios, pero ahora es más cómodo y económico tener un sitio caliente ofrecido a buen precio por una Madame. Lo que pasaba es que hasta este momento se le cobraba al cliente una parte, y ahora, aunque no se le vaya a cobrar más, pero al menos se le quiere conocer mejor, por eso de ofrecer siempre los mejores servicios. 

Próximamente veremos como las empresas de telecomunicaciones entran en mercados que hasta ahora no se habían planteado, pero que han visto como vitales para transformar a sus clientes en usuarios y seguidores, y que de esta forma puedan ejercer sobre ellos unos planes de marketing y comunicación más adaptados. Se acabó poner la cama para que los demás se diviertan, aquí todos quieren sacar algo. 

Por: Raúl Masa (@raulmasa)

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