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La soledad del emprendedor


Hace unos días, concretamente el pasado domingo 22 de septiembre, por primera vez en mi vida corrí por las calles de Madrid -ciudad en la que viví siempre hasta que hace unos años me instalé en Granada- 10 kms junto a otras cerca de 10.000 personas, en una de esas carreras populares que tanto proliferan desde hace algún tiempo. 

Era para mí un reto personal que había nacido hace unos meses (yo nunca había corrido antes) paralelo al hecho de emprender la Consultoría de Desarrollo Personal basado en Mindfulness a la que dedico buena parte de mi tiempo. 

Encuentro muchas similitudes entre el hecho de calzarse unas zapatillas y correr varios días a la semana preparando nuevos retos e ilusiones para superar metas y limitaciones, con el hecho de lanzarse a emprender y hacer realidad un sueño, sea este por la obligación de las circunstancias o por la utopía de llevar a cabo un sueño que permanecía escondido entre los pliegues de la realidad. 

Pensaba, en principio, que eran dos actos de soledad, en los que encaras cada kilómetro o cada hora de la jornada de trabajo, aislado en el ruido de la ciudad o el campo donde corres o aislado en los problemas y limitaciones que supone trabajar en tu idea de negocio. 

Rodeado de miles de personas he sentido el aliento y el apoyo interpersonal en el disfrute, pero también en el sacrificio de los momentos duros, he visto como el alma humana de la sensibilidad y el compañerismo se daban la mano y también he rabiado por quienes -parece mentira pero es cierto- son capaces de hacer trampa y recortar recorridos para creer que han ganado un tiempo que no es suyo. Exactamente igual que siento cada día, cuando poniendo “manos en masa”, diseñas líneas de trabajo, planeas acciones, o preparas nuevos proyectos. 

Sé, como muchos de vosotros y vosotras que estáis en la aventura del emprendimiento, que, como en una carrera popular, no estamos solos ni solas. Hay gente que trata de pisar o engañar a quienes tenemos la voluntad de crecer desde el instante presente, desde ese Aquí y Ahora aceptando, de la misma forma, alegrías y fracasos de los que se aprende, pero son muchos más los que, perteneciendo a pequeños grupos y asociaciones, tenemos una buena participación en las redes sociales, o salimos a interesarnos por el mundo fuera de nuestros despachos y lugares de trabajo, los que nos sentimos aliviados y acompañados en el trayecto de emprender y nos ofrecemos la mano para ser mejores y crecer. 

El domingo conseguí bajar de mi marca personal de una 1h03' y completar los 10 km en 57'14'', pero no importaba tanto el tiempo, sino el espacio vital de compartir y soñar unidos mientras rodeado de miles de almas, sentíamos lo mismo, salvo quienes caen en la trampa de creer que acortando se llega al futuro. 

Mindfulness, deporte y emprendimiento; una mezcla que os recomiendo. Carreras, negocios y empresa unidos por el bien común. Ese que, como seres humanos, nos hace más grandes. 

Por: Juan Carlos Montoya (@plenaccion)

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