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Emprender sin control no vale de nada


España ha registrado en los últimos años un crecimiento en la tasa de actividad emprendedora. Actualmente, un 5,7% de la población española entre 18 y 64 años pone en marcha un negocio propio. Aunque no alcanza las cifras de otros países (la media europea es del 7,5% de tasa de actividad emprendedora), son cada vez más las personas que deciden llevar adelante su propio proyecto empresarial. Las actividades a las que se dirigen la mayoría de las nuevas pequeñas empresas españolas pertenecen a sectores como Construcción, Comercio, Transporte, Servicios y Actividades Jurídicas y de Contabilidad. 

“Los emprendedores son determinantes para el crecimiento económico del país y tienen un papel fundamental en la innovación”, explica Patricia García, socia directora de Grupo Femxa. “Además de crear la mayor parte del empleo, facilitan el desarrollo y el crecimiento de personas y organizaciones. Son imprescindibles en el tejido empresarial y económico de nuestro país”, agrega García. 

Las motivaciones que impulsan a este colectivo son muy diversas. Algunos buscan su realización personal; otros, reorientar su carrera profesional, mejorar su estatus o gestionar sus ideas por sí mismos. Pero, últimamente, cada vez más gente se decide a montar su propio negocio por necesidad, debido a la falta de oportunidades en el actual mercado laboral español. Más de la quinta parte de las personas que crean una empresa hoy en día en España lo hacen porque no tienen otra alternativa posible. 

Pero, si bien el número de nuevas pequeñas empresas ha crecido en los últimos años, el afianzamiento de estas actividades se ha reducido. En el año 2012 desaparecieron 50.000 negocios más de los que nacieron. “La falta de experiencia y de formación específica y concreta sobre aspectos relevantes del día a día dificulta a los nuevos emprendedores resolver todas las necesidades que van surgiendo, a medida que empiezan a gestionar y dirigir una empresa”, explica la Socia Directora de Grupo Femxa. 

La ausencia de formación y educación específica en gestión emprendedora es una de las causas de la elevada mortandad de nuevas empresas en su inicio, aseguran los expertos en formación. 

“La falta de referentes en el entorno es una de las barreras para lanzarse a la actividad emprendedora”, asegura Patricia García. “En ningún sitio nos enseñan, desde la base, cómo crear un negocio y conseguir que funcione. Hay escuelas de negocios, que hoy en día la mayor parte de la gente no se puede permitir, pero, incluso en ellas, se suelen tratar temas relativamente abstractos y demasiado avanzados. Cuando montamos un negocio nos perdemos con los pequeños detalles: qué tipo de sociedad nos interesa, cómo contratar a alguien, por supuesto, todo el tema de ayudas, que es muy engorroso, cómo capitalizar el paro… El emprendedor necesita un acompañamiento a lo largo del inicio de su actividad y además herramientas adecuadas a su dimensión. Una pequeña empresa es algo absolutamente distinto a una gran empresa, las herramientas que se emplean no son extrapolables, el grado de incertidumbre es mayor, y la agilidad y el asesoramiento son imprescindibles”, explica García. 

Por ello, los expertos en formación coinciden en la necesidad de ofrecer una solución formativa integral específica para este colectivo. “Un emprendedor normalmente sabe de su profesión, pero suele tener lagunas en los aspectos de gestión empresarial y, además, no tiene los recursos para separar gestión de trabajo”, afirma García. 

“En las primeras etapas de su empresa, los emprendedores necesitan formación muy concreta sobre aspectos relevantes de su día a día, de tal manera que sean útiles para resolver todas las necesidades que vayan surgiendo, a medida que empieza a gestionar y dirigir una empresa. Por ejemplo, Grupo Femxa propone un sistema metodológico específico enfocado a emprendedores”, explica Patricia García.

Sin duda estamos ante un proceso de cambio en el mundo empresarial que requiere de la implicación de todos los actores involucrados en una película que nunca nos hubiera gustado protagonizar, pero de las que todos somos actores principales.

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