Un Mobile World Congress en la distancia

¡Cómo resistirse a escribir del Mobile World Congress! En líneas generales no me gusta tratar sobre actos que no cubro, o información que no tengo de primera mano. Pero en esta ocasión haremos una excepción. Además, realmente voy a escribir sobre lo que otros han escrito, así no habrá problemas.

La última vez que estuve en el MWC fue hace 4 años, aunque por lo que leo a muchos compañeros, parece que nada ha cambiado. Samsung atizando el primer día, y después presentaciones, prisas, carreras, informaciones a medio cubrir y mucha novedad que no siempre triunfa. 2015 y la vida sigue igual.

En este caso voy a hablar desde la distancia. Sin la influencia de lo que nadie me haya dicho, o yo visto de primera mano. Sino como un usuario que desde su casa recibe cientos de informaciones al día. Así pues, en primer lugar parece que la feria es un acto publicitario para Samsung y Mark Zuckerberg. Loas, reloas y felaciones en forma de review a medianoche. Bueno, en realidad hay dos bandos: por un lado los que defienden al amo de Facebook y sus ideas sobre una conexión a internet más plural, y por otro, los que su nómina llega a fin de mes de ciertas empresas de ‘telecos’ y por lo tanto deben decir que “la red social” es mala.

Al margen de eso, como apuntaba, mucho Samsung Galaxy S6, y su primo Edge, mucho wearable, que solo se ve en esa feria, y poco más. Si Sony ha decidido no presentar batalla en Barcelona, Apple y Xiaomi no comparecen, y las tablets parecen haber sucumbido al ruido del mercado, ¿qué nos queda?

Queda la realidad. La gama media y baja. Los smartphones de entrada, los que no se van a más de 300 euros y por lo tanto será fácil financiarlos con alguna tarifa “animal”. Quedan los wearables “usables”, es decir, los que sirven para hacer deporte, y poco más. Ya hace 4 años escuchaba a los más viejos del lugar decir que el MWC se había convertido en una feria “de profesionales”. Es decir, altos ejecutivos que se reúnen para poner y disponer sobre el mercado lo que ellos quieren. Y esa es la sensación que extraigo leyendo a los compañeros allí desplazados.

Memoria llena y disco rallado                                                                

Sin ánimo de ofender a los operadores españoles que van a Barcelona, ¿cuándo van a decir algo realmente interesante? Este año han ido a hacer experimentos con las redes 4G y lo rápido que pueden ir. Otros años han ido con mochilas que se conectaban a la red en zonas de catástrofe o acuerdos con Mozilla. En fin.

Este año más de lo mismo. Eso, por no hablar de la guerra santa contra Facebook, Google, y todo aquello que “atenta” contra su negocio. El negocio de todos. ¿Para qué sirve una tecnología de conexión ultrarrápida si no es para usar esos servicios webs? Siguen sin entenderlo, y siguen queriendo ir a la guerra.

En definitiva, solo llevamos dos jornadas de Mobile World Congress pero es como si ya estuviera todo vendido. Los fabricantes han presentado los dispositivos que realmente quieren vender, los operadores ya han pataleado frente a la industria móvil, y las empresas se van con sus negocios hechos. En realidad, a veces en la distancia se puede decir lo mismo que en la cercanía.

Por: Raúl Masa (@raulmasa)