WhatsApp y la teoría del anillo único

“Todo comenzó con la forja de los Grandes Anillos”. En este caso vamos a cambiar los anillos de poder por las redes sociales, y el anillo único, ya saben, el que tiene Frodo, por WhatsApp. Si hacemos este ejercicio de imaginación, nos daremos cuenta de que en muy poco tiempo la herramienta de mensajería que ahora mismo controla nuestras vidas, también lo hará con el flujo de contenidos en la red. 

Piensa durante un instante en tu círculo social más cercano. Familia, amigos, compañeros de equipo, gente de la clase de piano (o lo que sea que toque cada uno). Y ahora recuerda cómo has entrado en contacto con ellos, bien para una comunicación directa o para compartir contenidos que hayas visto en la red. 

Sí, efectivamente, lo has hecho por WhatsApp, y no es casualidad. A lo mejor tus padres no tienen Twitter o Facebook, y por lo tanto, si ves una noticia sobre algo que les atañe, se los has enviado por WhatsApp, porque es muy probable que esta herramienta de mensajería ya la tengan. 

Lo mismo sucede con el último videoclip de Katy Perry que quieres compartir. Sabes que lo puedes poner en Facebook, Twitter, o donde sea, pero que tus amigos es muy probable que no lo vean. Bien porque no todos están en las redes sociales, o porque con los nuevos algoritmos ya no se ve todo. Por lo tanto haces un envío directo, o lo compartes en algún grupo. Ídem con una imagen que quieras colgar en Pinterest o Instagram. Sabes que apenas te va hacer caso nadie. Luego vuelves al envío directo. 

Con esto no quito ni un ápice de importancia a las redes sociales, pero muchas empresas (y egos particulares) siguen profetizando que la difusión llegará a través de Twitter, Facebook o Instagram. Razón no les falta, pero cuando uno atiende a su número de RT, o que mucha gente hace “replys” pero sin respuesta, crea una sensación de vacío existencial que lo transformas en mensaje directo mediante WhatsApp, que seguro que alguien contesta. 

El anillo único de WhatsApp                                                                   

Con todo esto no expongo ninguna teoría nueva. Los que saben más del negocio lo ven muy claro. Un ejemplo reciente ha sido el diario digital 'El Confidencial' que ha puesto un canal de WhatsApp para que los usuarios escriban. Asimismo, al igual que otros, apuesta de manera descarada por un botón con el icono de la herramienta para que puedan compartir las noticias. A ellos les viene mejor que la gente lo comparta en una red social abierta y masiva, pero cuando ven los índices de apertura de enlaces, se dan cuenta que solo hacen caso a los “famosos”. Sin embargo, si 1.000 personas comparten un enlace con su “Grupo de WhatsApp” la tasa de apertura se multiplicará exponencialmente. 

En general, y salvo para esos famosos, las redes sociales son conversaciones de sordos contra mudos. Sobre todo Twitter e Instagram. El hastío de crecer en 5 followers al mes, y que 4 sean “huevos”, provoca que esté muy bien lo de compartir contenidos, pero si quieres que alguien lo vea de verdad, se lo mandas.

Así pues, tanto empresas, medios de comunicación, como vocingleros en general, saben que WhatsApp será quien controle el tráfico de internet. Deben apurar sus estrategias con este canal, sobre todo cuando las versiones PC y tablet también sean mayoritarias. Tuitear este texto y que no lo vea nadie ya no es necesario. A WhatsApp, con un título sugerente, y que empiece la acción. 

Por: Raúl Masa (@raulmasa)