Yoigo, ¿alguien sabe dónde está Yoigo?

“No estamos muertos”, “Ha llegado la hora de dar un golpe en la mesa” o “Volvemos a los orígenes”… Todo son titulares que ponía sobre la mesa el CEO de Yoigo, Eduardo Taulet, a principios de diciembre en un encuentro con la prensa. La crueldad trayendo a colación esas palabras y otras tantas sobre la presión que metería la compañía en el mercado serían algo injustas. Yoigo lo ha intentado, pero no ha podido.

Presumiendo de tener el “giga más barato”, y de que podían seguir presionando en el sector ‘telecos’, todo parece haber quedado diluido una vez que se han conocido las portabilidades del mes de diciembre. El saldo para Yoigo ha sido relativamente negativo: (-7.400). Si su estrategia es móvil, sus objetivos son móviles, si apostaba por ese segmento porque en cualquier otro no puede poner oposición, ¿qué puede hacer ahora Yoigo? 

Bien es cierto que los tiempos vuelven a ser relativos. Quizá un mes no haya sido suficiente para plantear sobre el mercado sus ideas “revolucionarias” y con las que pretenden volver a ganarse la confianza de la gente, pero todo son inconvenientes, rivales y presiones. Sin ir más lejos Vodafone, que ha arrojado un nuevo OMV, Lowi, donde también tira el “giga” por los suelos para que haya gente que solo navegue.

Asimismo, Jazztel sigue pescando en río revuelto hasta que se resuelva en Bruselas su matrimonio con Orange, y ONO ya suma líneas positivas a Vodafone. Eso mientras los virtuales “más pequeños” le restan en positivo la cantidad que pierde Yoigo. Ni frío ni calor. Suena duro, pero si mañana los antiguos amigos de la “verdad verdadera” no estuvieran en el mercado, ¿se notaría? 

En ese mismo encuentro con la prensa dejaban entrever que toda esa parafernalia de diferenciación, es decir, los muñequitos y esas cosas habían quedado atrás. Se sentían maduros, consecuentes ante su responsabilidad en el sector, pero todo eso parece haber quedado atrás. En una huída hacia adelante donde todo indica que volverá a haber tres players con posición dominante, ni los OMV ni Yoigo, que como siempre indicamos, cada vez se parece más a ellos, tendrá nada que pintar. 

¿Alguien sabe dónde está Yoigo?                                                            

Así pues, si analizamos la fría e inquieta hemeroteca, no tenemos ni rastro de Yoigo desde principios de diciembre. No es que sea bueno estar expuesto a la opinión pública de forma constante, pero en un servicio con tan poca fidelidad ante clientes y usuarios, cuanto más te vean, mejor. 

De este modo, todas las promesas hechas hacen un mes parecen haberse dado un golpe frente a ese saldo de portabilidades negativas que deja a Yoigo exactamente como hace unos meses: en venta y sin mucho que pintar en el sector ‘telecos’ español. Esto produce cierta inquietud ante el regulador sin que lo pretenda expresar en voz alta. La fragilidad de Yoigo, y que por lo tanto sea una buena moza casamentera para Telefónica, por ejemplo, hace que esa falta de competencia que tanto asusta pueda llegar este año. 

Es más, aunque Yoigo se diluyese sobre sí misma, ya sería un problema. Tres operadores con red, jugando la misma guerra convergente… Pues sí, nada bueno para los usuarios. Al menos así lo dice nuestra historia reciente. Por lo tanto, encontrar a Yoigo cuanto antes es la solución. Para ella y para el sector. Dejemos que respire, saque la cabeza del agua y se sitúe de nuevo. Aunque si en plena campaña navideña solo ha podido perder clientes, es que nada bueno está pasando. Y eso es verdad de verdad. 

Por: Raúl Masa (@raulmasa)