La Universidad abre sus puertas (de verdad) a la tecnología

En un proceso mucho más lento del que pueda parecer, el sistema educativo español apenas empieza en estos momentos a flirtear con la tecnología y la innovación en el ámbito académico. O mejor dicho, la integración conjunta de las empresas tecnológicas y el entramado educativo a nivel superior con el fin de fomentar y desarrollar verdaderos profesionales con un alto valor añadido. 

La inmensa mayoría de las acciones que lleva a cabo una persona en el día a día se han transformado en hábitos de consumo tecnológico. Ya no hay duda (ni escapatoria), la tecnología está en nuestras vidas. Visto así, ¿cómo es que todavía no está en nuestra educación? Podríamos pensar que la red educativa a niveles más básicos puede suponer un gran problema, pero que hay que abordar, tal y como nos cuenta la responsable académica del Área Corporativa de U-tad (Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital), María José Prieto. ¿Pero qué pasa con la educación superior o la Universidad? 

Para intentar ofrecer una visión directa de qué se está haciendo a nivel corporativo en esa relación de empresas tecnológicas y Universidad, contamos con ejemplos y opiniones de primera mano para valorar si estamos avanzando, o todavía “necesitamos mejorar”. 

Un problema de importancia                                                                    

La primera cuestión que debemos plantearnos reside en la importancia real de la tecnología y su aprendizaje. Pues bien, de eso no hay duda. Estiman que dentro de 20 años existirán un 80% de ocupaciones profesionales relacionadas con la tecnología que ahora no existen. Por lo tanto, misterio resuelto: la formación tecnológica es vital en estos momentos. 

Así nos lo traslada la responsable académica del Área Corporativa de U-tad, que además cree que debe haber una correlación entre lo que se enseña y lo que se aprende, ya que “es de vital importancia, especialmente si la formación es eminentemente práctica y además se imparte por profesionales de la misma industria que están en la cresta de la ola respecto a las innovaciones tecnológicas, como ocurre en el caso de U-tad. De esta forma no existe una disociación entre lo que se aprende en la formación y lo que requieren las empresas de esos perfiles profesionales”.

En este contexto no debe haber ninguna duda al respecto, pero hay otro factor muy importante: la Universidad no puede seguir de espaldas a la realidad, y ni mucho menos a los asuntos laborales. No se trata de conseguir acuerdos de colaboración que consistan en que los alumnos pasen testimonialmente 3 meses en una empresa. Se trata de que trabajen desde la raíz de la empresa, y aunque algunos estatalistas renieguen en su tumba, se trata de abrir la universidad en canal para que entren las empresas, metan y saquen lo que les gusta, y entremedias formen profesionales de verdad. Luego ya hablaremos de dinero y otras cosas, pero dejemos de formar aprendices teóricos para desarrollar trabajadores con un alto valor añadido. 

España, ¿qué hacemos?                                                                           

¿A qué realidad nos enfrentamos? Según nos cuentan desde Oracle, una de las principales compañías tecnológicas del mundo, en España “cada vez hay menos motivación en los jóvenes para hacer una formación reglada relacionada con TI. De hecho, dado el acentuado desfase entre demanda y oferta en el mercado para ciertos puestos que actualmente se demandan la formación continua se hace imprescindible”. 

Igual de rotunda, aunque parece contradecir la idea de Oracle, es María José Prieto de U-tad al afirmar que “el espíritu innovador cada vez es más fuerte en las generaciones más jóvenes, la situación del mercado ha forzado a ello y, por tanto, en este aspecto creo que España está especialmente preparada”. Pero luego llega la realidad y asegura que “el empuje que a veces se requiere a nivel estatal está menguando y eso hace que muchas de nuestras empresas más innovadoras decidan “trasladarse” a otros países en los cuales los apoyos a la innovación son especialmente fuertes. Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes”. 

Vamos a la práctica                                                                                   

La teoría en cuanto a lo que tenemos y nos falta parece clara, ¿pero y el resultado final? Hemos querido consultar con otra de las empresas tecnológicas de mayor envergadura en el mundo, caso de Huawei, y nos cuentan que su implicación con la educación superior en España es totalmente comprometida. 

De este modo nos hablan de que “Huawei y la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), a través de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación, ha suscrito un acuerdo marco de colaboración que da lugar a ‘Liderando la Era LTE’, un proyecto desarrollado dentro de la estrategia de Responsabilidad Social Corporativa de la firma, que busca formar a universitarios y dinamizar el entorno educativo a través del estudio de tecnologías punteras en telecomunicaciones”.

Mismo caso de Oracle, que a la hora de mojarse afirman que “no es una cuestión de opiniones sino de realidades. Basta con hacer una búsqueda en un portal de empleo para hacerse una idea de qué tecnologías son las más demandadas y trabajar en esa línea para que el mundo académico incorpore progresivamente esas tecnologías. En el caso de Oracle University, ya estamos trabajando en ese sentido con el programa Oracle Academy”. 

Pero no solo de relaciones de las universidades públicas y las empresas tecnológicas podemos vivir, ya que son esfuerzos privados como el de U-tad los que al final también configuran un gran desarrollo. Así, María José Prieto nos asegura que “sin duda U-tad está jugando un papel clave. La rapidez de respuesta, especialmente en todo lo que tiene que ver con la relación con las empresas y su integración en las aulas, nos hace sustancialmente diferenciales. No sólo para dar una formación más amplia, sino sobre todo más puntera, específica y adaptada a la realidad del mercado”. 

Todo esto es la pequeña punta del iceberg de lo que está surgiendo, por fin. Si levantamos la cabeza vemos también acuerdos de Microsoft, como el acuerdo entre la Universidad de Cantabria y Microsoft Ibérica dirigido a impulsar un entorno educativo avanzado a través de la tecnología y que llevará al entorno educativo cántabro herramientas tecnológicas clave, como Office 365, el acceso a programas innovadores y que fomentarán el espíritu emprendedor de la comunidad a través de BizSpark o el acceso a formación cualificada en tecnologías Microsoft que mejorará la empleabilidad de las personas. 

Proyectos educativos, laborales y profesionales. Por fin la universidad ha abierto sus puertas a la tecnología y las empresas, y aunque sea lentamente, pero se trata de una realidad que tiene que imponerse cuanto antes. 

Por: Raúl Masa (@raulmasa)