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Gowex y la suerte de un país corrupto

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¿Alguien se acuerda de Gowex?, ¿y de Jenaro García?, ¿dónde andará Jenaro? Realmente en cuanto a la primera pregunta sí hay mucha gente que se acuerda de Gowex, sobre todo los empleados que han salido mal parados y los accionistas que depositaron su confianza (y sobre todo su dinero) en una empresa que se convirtió en una gran mentira. 

Pero tras un verano secuestrado por el “escándalo Gowex”, ahora mordiendo la hemeroteca apenas se encuentran referencias a la “empresa del WiFi gratis”. Todo son guiños hacia el “pufo de Gowex”, el “caso Gowex”, y temas similares que viajan en paralelo a las empresas que siguen cotizando en el MAB. Pero sobre la empresa que en su día gestionase Jenaro García, nada de nada. Se supo a mediados de octubre que la broma del emprendedor García le había costado al Estado 7,1 millones de euros, que habían embargado anteriormente 3,7 millones de la venta de acciones, y más trámites legales que se pierden en la línea temporal del horizonte. 

Todo lo demás es historia, relatos de crónica negra que vive una España galopada por corruptos y en la que llevar a la quiebra una empresa termina pasando desapercibido a los pocos meses. Que la trama presuntamente delincuente que tenía organizada Jenaro García a lomos de Gowex era algo extremadamente grave, no se le escapa a nadie de las manos; que en apenas medio año haya caído en el mayor de los olvidos, al menos para lo opinión pública, nos delata como un país donde delinquir se ha convertido en ocio.

Seguramente en los resúmenes que nos acompañen las últimas noches de 2014 veremos a Gowex de refilón. A Jenaro saliendo de los juzgados, y la policía subiendo a las oficias de la empresa del WiFi. Pero eso quedará tan diluido entre “Gurtels”, “Púnicos” y “tarjetas blacks”, que lo de García parecerá la chiquillada de un gamberrete que quiso alcanzar la fama empresarial por el camino corto

Gowex escondida entre la maleza de corruptos, delincuentes con escaño y tonadilleras sin conciertos, es simplemente un reducto quejicoso entre foros especializados en el MAB y otros mercados bursátiles. Mientras, su web sigue erguida, con apariencia de normalidad, pero todo ha quedado congelado en el mes de julio, mes de buscar el agua fría para refugio del calor, necesidad de agua como decía Jenaro. Gowex se ha perdido entre la podredumbre de un país sin alma, un país donde “el caso Gowex” es menos preocupante de los “casos”. 

Por: Raúl Masa (@raulmasa)

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