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Telefónica, Vodafone y Orange: tarifa plana de denuncias y 1 GB de sanciones

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El sector de las telecomunicaciones, como cualquier otro que esté regulado, es decir, que se someta a la vigilancia de organismos para que todo se cumpla con excepcional orden, tiene un estricto control para que ninguna empresa, sea cual sea su tamaño, pueda imponer su fuerza desequilibrando así los principios de competencia que rigen el mercado. ¿Pero qué sucede cuando los organismos están, pero no están, o no llegan donde a otros les gustaría? Simple. Que son las demás empresas las que “ponen el grito en el cielo” y la denuncia ante el regulador, y todos quedan enterados. 

Aunque, ¿siempre son eficaces esas denuncias?, ¿entra de oficio el organismo regulador a controlar lo que sucede?, ¿qué empresas son las que más denuncian?, ¿por qué Telefónica es con la que todos se meten? Intentaremos desgranar algunas de las principales actuaciones que se han llevado a cabo en los últimos años, y cuáles son los resultados finales. 

El siguiente análisis comienza en el año 2005, momento en el que Orange asoma la cabeza por España, Vodafone ya está asentada, y Telefónica mira a ambas con recelo. De este modo, a continuación se exponen algunos de los principales hechos, o quizás los más controvertidos, que en los últimos 9 años se han dado en el mercado español. Cada uno que extraiga sus propias conclusiones. Hay que precisar que muchas de estas sanciones suelen se recurridas, desestimadas, o sus procesos se hacen eternos y duran hasta la actualidad.

SANCIONES, MULTAS Y ADVERTENCIAS 

Como señalábamos al principio del texto, el sector de las telecomunicaciones se mueve sobre una cuerda muy fina en lo que a competencia se refiere, por lo que siempre hay que estar ojo avizor para que todo esté controlado. Así pues, a principios de julio de 2007 la primera que se llevó un zarpazo, además llegado desde Europa, fue Telefónica. La Comisión Europea le impuso una multa de 151,8 millones de euros por un abuso "muy grave" de posición dominante en el mercado español de Internet de alta velocidad. Se trataba, por aquel entonces, de la sanción más alta impuesta por el Ejecutivo comunitario a un operador de telecomunicaciones. 

Pero muy pronto Telefónica encontraría “más amigos” en el camino. De hecho, de forma compartida, en julio de ese mismo año la Consejería de Consumo de la Comunidad de Madrid multó con 905.000 euros a Vodafone y con 611.000 euros a la compañía azul por modificar de forma unilateral los contratos de más de 20 millones de clientes. Poco a poco, y con la sensación que ofrece sentirse necesario para la sociedad, las compañías de ‘telecos’ apretaban al máximo a sus clientes.


Así, en esos años, nos encontramos con un reguero de multas sobre Telefónica de diversa índole que se postulan entre los 10 y 20 millones de euros. No todas salen adelante, algunas son recurridas, y otras caen en el olvido. 

Como no podía ser de otra manera, Orange no tardó en sumarse a la fiesta, y en mayo de 2010 fue cuando hace su irrupción en este curioso escenario. Apenas son 60.000 euros, pero el asunto de la protección de datos se muestra como uno de los grandes problemas, ya que poco más un año después Vodafone recibe una sanción similar por el mismo motivo. Además, en ese año se inicia otro de los grandes problemas que han acompañado a los operadores de telefonía: las portabilidades. Así, la compañía de origen británico recibe una multa de 250.000 euros por no facilitar a los usuarios el cambio de compañía

Mientras, Telefónica, viajaba por otros derroteros en los que, lógicamente, su gran preocupación era que sus dos rivales no crecieran. Así, llegan sanciones de todo tipo: por dificultar el acceso mayorista, impedir lanzar ADSL sin cuota de línea, o banda ancha sin voz… A finales de 2011 el mapa de las telecomunicaciones en España estaba dibujado: uno pretendía seguir siendo el más grande, y los otros dos, a medida que aumentaban de tamaño no querían perderlo. Entre tanto los usuarios “sufrían” en ocasiones todos estos excesos. 

Aunque sin duda el colofón a todo esto llegaría en diciembre de 2012 cuanto la ya extinguida Comisión Nacional de la Competencia (CNC) impuso una sanción record de 120 millones de euros a Telefónica, Vodafone y Orange por abusar de su posición de dominio en los mercados mayoristas de los mensajes cortos (SMS) en la telefonía móvil. Quedaba retratado un peligroso oligopolio que en parte fue destruido gracias a la llegada de los operadores móviles virtuales y la propia presión que ejerció sobre ellos. 

Con todo esto, las acciones del regulador, así como de los organismos competentes, no se detuvo en ningún momento. En cuanto a Telefónica, durante 2013 tuvo sanciones relacionadas con la fibra óptica, y también a nivel internacional, aunque influyendo en suelo español, como el acuerdo con Portugal Telecom para no competir entre sí en ambos países. Pero no estaba sola. Orange empieza con sus problemas en la portabilidad, que le suponen sanciones de hasta 550.000 euros, y Vodafone también, con una multa que se eleva hasta los 600.000 euros, añadiendo problemas en lo referente a la protección de datos

Por si nada de esto fuera suficiente, los problemas que flirtean con la legalidad por parte de los operadores llegan hasta nuestros días en cualquier expresión. Así, en el verano pasado Orange fue multada por no comunicar correctamente la compra del OMV Simyo. Mientras, Telefónica ha recibido reciente una sanción por motivos dobles que se eleva hasta los 500.000 euros, y Vodafone ha sido cazada y multada con hasta 3,1 millones de euros por cuestiones de roaming.


"LOS CHIVATOS" 

“Papá, Jaimito me está pegando”… si el regulador no entra de oficio, para eso están los departamentos legales de los operadores. Curiosamente el primero en abrir esa lata fue Telefónica en el año 2006, cuando hizo una macrodenuncia contra todos sus rivales con el argumento de que le estaban robando sus clientes. Ante esto, un par de años después, Vodafone contraataco con una denuncia a Telefónica que rozaba lo ilógico llegando a pedir más de 600 millones de euros por daños y perjuicios cuando ésta llego al mercado. 

Hubo que esperar un tiempo, y nuevamente lo curioso es que fuese la compañía presidida por César Alierta, la que en 2010 denunció a ONO por publicitar falsamente la fibra óptica. Y así llegamos hasta un periodo más reciente, en el que tanto Vodafone y Orange, con constantes denuncias, unas veces con la ley de por medio, y otras en forma de queja ante los medios de comunicación, muestran su malestar sobre todo contra Telefónica. 

De este modo tenemos a “los rojos” quejándose por la fibra de Telefónica y Jazztel, y a “los naranjas” por los acuerdos de Telefónica, también, junto a Yoigo, en este caso por la compartición de infraestructuras. Aunque de forma más reciente podemos hacernos eco de la denuncia con respecto a la televisión, la migración de clientes del ADSL a la fibra... y todo contra Telefónica.   

Con este panorama en el sector de las telecomunicaciones en los últimos 10 años, surgen muchas preguntas. ¿Ha sido siempre justo el regulador?, ¿se podría haber luchado más por el interés de los usuarios?, ¿qué pasaría si no hubiera organismos vigilando todo esto?, ¿puede una compañía que recibe más de una docena se sanciones en una década denunciar a otra? 

Por: Raúl Masa (@raulmasa)

1 comentario:

  1. te olvidas de que los tribunales luego le quitan las sanciones a la mayoría. Mira la jurisprudencia de la Audiencia Nacional, sobre todo

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