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Tecnología accesible, avanza pero necesita mejorar

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Vivir de espaldas a la realidad no hace que los problemas desaparezcan, como mucho se pueden alargar en el tiempo hasta que nadie se acuerde de ellos, pero su existencia seguirá golpeando de manera constante hasta que se afronte la situación. Este podría ser el caso de lo que sucede con lo que denominamos tecnología accesible, es decir, cómo conseguir que todas las personas, independientemente de su capacidad física o psíquica tenga posibilidad de usar y acceder a la tecnología. 

De este modo, para no rodear el asunto que nos ocupa, lo primero que hay que plantearse de manera relajada, pero con el ánimo de acercarse al problema, si es que existe, es si la sociedad está concienciada de que hay personas que no pueden acceder a la tecnología en cualquiera de sus formas o expresiones. Para ello, hemos querido dar voz a algunos de los principales personajes implicados en esta cuestión y que pueden valorar de primera mano todo lo que supone la tecnología accesible. 

No obstante, en primer lugar se debe hacer una aproximación sobre el término "tecnología accesible". De este modo, el Centro de Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad (CENTAC), nos recuerda que el fin último de este tipo de tecnología debe ser el de generar la integración social y la igualdad en el acceso. Así pues, una vez que tenemos determinada esta cuestión es cuando podemos valorar ese grado de integración y acceso que existe en estos momentos en la sociedad, cuál es el camino a seguir, y quiénes deben ser los que más responsabilidad asuman en todas esas tareas. 

Conciencia social                                                                                     

Para abordar cualquier tipo de realidad social la hipocresía suele ser un mal compañero de viaje. Por eso, Juan Carlos Morcuende, Country Manager de emporia para España y Portugal, y gran conocedor del asunto por la actividad de la empresa en la que trabaja, cree que sí hay una percepción social al respecto, aunque quizás no sea una percepción “agregada”. Añade que “nos damos cuenta de ello cuando las personas cercanas a nosotros tienen dificultades para acceder a la tecnología de la manera que lo hacemos en nuestro día a día”. 

En esta misma línea incide Santiago Gil, responsable del portal especializado en tecnología accesible, ‘TecnoAccesible’. Para él “la percepción es, sin duda, de que no existe todavía un acceso fácil a la tecnología, por lo menos las consultas que se reciben en TecnoAccesible así parece constatarlo, teniendo en cuenta, además, que estas consultas se realizan por parte de profesionales que están trabajando con personas con discapacidad, especialmente con niños”. 

Con un discurso que sigue la línea sobre el hecho de que se conoce que hay un problema, para María Jesús Varela, directora del Centro de Investigación, Desarrollo y Aplicación Tiflotécnica (CIDAT), al final quienes realmente son conscientes del problema de que haya acceso a la tecnología son los propios afectados por algún tipo de discapacidad. Con esta situación, es Juan Luis Quincoces, presidente de CENTAC, quien cree que gracias al conocimiento que se tiene de la situación será más fácil seguir avanzando para atajar todos los problemas que se derivan de esa fatal de conocimiento sobre que muchas personas no pueden acceder de manera cotidiana y normal a cualquier tipo de tecnología, ya sea móvil, doméstica o de ocio. 

Una brecha más                                                                                        

Desde que la tecnología entró de lleno en nuestras vidas siempre hay un tema recurrente sobre el que hablar para dejar constancia de que no todos somos iguales ante ella, ni por acceso ni por capacidad. Se trata de la “brecha digital”. En ese sentido hay tantas “brechas” como personas que tienen más difícil el uso de la tecnología que otras, así de simple. Por edad, por género, por capacidad económica, por ubicación geográfica, y claro está, el tema que nos ocupa, por accesibilidad.

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De nuevo, y hablando de forma muy rotunda, para no caer en la ambigüedad de que “todo va bien” y no hay ningún problema, el responsable de ‘TecnoAccesible’ cree que efectivamente hay una “brecha digital” en cuanto acceso, y que además viene constituida por dos aspectos. “Por una parte, todavía no es suficientemente conocida, ya que su difusión no tiene los mismos canales que el resto de la tecnología ni el número de profesionales suficiente. Internet y las redes sociales han mejorado la situación, no obstante. Otra brecha es el precio; por un producto funcionalmente equivalente accesible puede pagarse hasta 10 veces más”. 

En este sentido, desde emporia, uno de esos fabricantes implicados, aluden a que “conociendo las estadísticas se conocen los problemas reales y, por consiguiente, se puede desarrollar lo que realmente se demanda”. Así hace referencia a datos como que casi el 30% de las personas mayores de 40 años declaran que se equivoca de número cuando marca un teléfono desde un dispositivo táctil. Por lo tanto, parece obvio que asumiendo la realidad se puede plantar cara al futuro. Porque en esa misma línea, María Jesús Varela destaca que hay una amplia variedad de discapacidades y que no todas pueden ser tratadas igual, y se lamenta de que a veces eso no sea tenido en cuenta. 

El papel público                                                                                        

Si tú le das poder al Estado, queda en manos de éste la responsabilidad de hacer que muchas de las piezas de una sociedad se engranen en perfecta armonía y todo funciona bien. Así pues, ¿qué papel están jugando las administraciones públicas en la mejora de la tecnología accesible? Pues para la directora del CIDAT, “todavía tienen muchísimo que hacer en materia de accesibilidad”. De hecho, según ella, hay cantidad de ejemplos en los que la legislación no se cumple. Una de esas cuestiones tiene que ver con las webs públicas, que pese a que poco a poco se va cumpliendo, todavía está lejos de ser una realidad consolidada. Es más, añade un ejemplo que debería hacer reflexionar a más de uno, y es que el “Programa Padre” de la Renta no lo puede utilizar una persona ciega”. 

Mismas ideas son las que tiene el presidente de CENTAT, puesto que piensa que "las administraciones han avanzado desde el ámbito normativo y legislativo, sin embargo, hay que dar una vuelta de tuerca más, en el sentido de vigilancia de que todo eso se está cumpliendo, no vale solo con legislar”. Aunque para Juan Luis Quincoces no es lo único, puesto que además “a las administraciones hay que darles un papel muy importante como motor del cambio. Esto a su vez provocaría que las empresas dedicadas a este sector se volcasen más en el desarrollo”. 

Por su parte, Santiago Gil cree que “la crisis ha truncado la tendencia de las administraciones públicas. El desarrollo de la Ley de dependencia y las leyes relacionadas con la igualdad de oportunidades y no discriminación deberían haber llegado a cubrir la brecha antes mencionada, pero los recortes han cerrado esa posibilidad. Hay todavía algunas ayudas e incluso algunas iniciativas de las administraciones aparentemente importantes”. Aunque admite que las empresas están haciendo un papel muy importante, opina que en su acción social llegan hasta donde pueden llegar. 

¿Negocio accesible?                                                                                 

Teniendo presente en la elaboración de este reportaje a una empresa, nada mejor que saber de primera mano hasta qué punto la tecnología accesible puede ser un negocio rentable o en ocasiones puede llevar otras connotaciones. Así pues, en este sentido, Juan Carlos Morcuende de emporia, cree que se puede hablar de modelos de negocio, como el que llevan a cabo en su empresa, aunque para él “otra cosa es hablar de ‘alta rentabilidad económica’, eso es algo que en la situación global que vivimos es irreal, al menos en el sector en el que nos movemos”.


En este aspecto, desde CENTAC piensan que para que la evolución se más favorable hay que “involucrar a todo el ámbito empresarial y que de verdad hagan un negocio con la tecnología accesible”. Además, en este aspecto coincide plenamente con María Jesús, ya que ambos ven un cambio de tendencia en las personas con discapacidad, sobre todo si nos referimos a la edad, donde la construcción de la pirámide poblacional que estamos creando puede causar problemas si no sabemos atajarlos a tiempo. Por ello, la directora del CIDAT opina que una buena solución sería desarrollar productos que no estén cerrados a un público objetivo pequeño, y así se puede sacar un mayor rendimiento, ya que al final de trata de facilitar el acceso. 

Con todas estas declaraciones, no cabe duda de que gana la máxima prestancia el titular del reportaje, “Tecnología accesible, avanza pero necesita mejorar”. En este reguero de opiniones de personas directamente involucradas en el tema, queda constancia de que hay percepción social de que no todo el mundo puede acceder en igualdad de condiciones a la tecnología, pero que todavía no son demasiadas. Asimismo, en lo que sí hay conciencia es que existe una “brecha digital” y que las administraciones públicas podrían dar un paso más al frente. Simplemente cabe esperar que dentro de 5 o 10 años cuando se vuelva a plantear el tema haya un mayor número de personas que sean conscientes de que otras tantas ni si quiera tienen medio de acceder a esta web. 

Por: Raúl Masa (@raulmasa)

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