4G contra WiFi: ¿una batalla desigual?

Con la solemnidad que requiere este tipo de actos, Vodafone ha anunciado que de forma oficial ofrecerá cobertura de cuarta generación móvil (4G) en todas las capitales de provincia, en las capitales de comunidades autónomas y en las ciudades de Ceuta y Melilla a partir del 1 de abril. Un anuncio directo y esperanzador para una tecnología que muchos siguen viendo como una simple cuestión de Marketing bastante alejada de la utilidad real que pueda tener. 

Tanto es así, que el reciente caso del abandono de Pepephone sobre la red de Vodafone, para irse a Yoigo y poder ofrecer a sus clientes red 4G, dejaba entrever de forma bastante elocuente que simplemente se trata de eso: ofrecer. Seamos realistas, por ejemplo, analizando el caso de Pepephone. ¿De verdad que con 2 GB que ofrece en su oferta máxima de navegación el 4G tiene mayor interés?, ¿en serio que alguien por la calle va a ver en streaming el próximo capítulo de ‘Juego de Tronos’? Seguramente pueda y será una magnifica experiencia, tanto de usuario como de cliente, pero en tal caso, que dé por acabados sus 2 GB si además mira en Youtube el trailer del siguiente capítulo. 

Aclaremos que velocidad no tiene nada que ver con cantidad de consumo, pero sí es un multiplicador del uso. Por todos estos motivos, y pese a que la pregunta está en el aire desde que el 4G comenzó a ser una realidad palpable, ¿realmente esta tecnología ultrarrápida móvil tiene valor por sí sola? Es decir, seguramente los operadores contarán que está “triunfando” y que el porcentaje de uso no deja de crecer. Ahora bien, si todo eso se hace a través de los “paquetes convergentes”, esos que suman fijo, móvil y televisión, el truco ya estará hecho. 

En este escenario de uso, consumo y posibilidades reales en su aplicación, todo el mundo está de acuerdo en que sin una tarifa plana el la utilización del 4G no tiene ninguna lógica. Dicho esto, en ningún momento se está hablando sobre posibles ofertas de tarifa plana en el ámbito de la movilidad, por lo tanto, parece que navegar rápido será algo satisfactorio pero efímero.

Es aquí, una vez más, cuando el WiFi vuelve a golpearle de frente al 4G. Según los datos de Cisco, empresa proveedora de infraestructuras de redes, el 60% del tráfico de datos de los teléfonos móviles proviene de las redes WiFi instaladas en la casa o en el trabajo. 

WIFI “LENTO” PERO SEGURO 

En el anuncio llevado a cabo por Vodafone, aseguran que hay un objetivo de mejorar la cobertura en puntos de alta densidad (hotspots), y para ello la compañía ha reforzado el despliegue en 12 aeropuertos españoles y en 10 estaciones de tren. Asimismo, la compañía potenciará la cobertura con 4G en espacios destinados a eventos multitudinarios, como, entre otros, el Palacio de Congresos de Madrid o la Fira de Barcelona, y en 21 ubicaciones deportivas, entre ellas el Santiago Bernabéu, el Vicente Calderón y el Camp Nou, o en el circuito de F1. 

¿Qué supone esto? Entre otras cosas asegura lo que muchos ya vienen advirtiendo, y es que el espacio radioeléctrico es limitado y si muchos usuarios se conectan a la vez, la velocidad baja o la red se cae. Lógicamente, Vodafone, así como los demás operadores, trabajan para que esto no suceda y la red 4G sea lo más fiable posible. ¿Y qué pasa con el WiFi? Posiblemente no tenga picos de descarga tan elevados como los del 4G, pero en muchos casos se muestra como una tecnología más solvente y resolutiva en caso de masificación. Por lo tanto aquí puede estar una de las claves sobre el futuro de la conectividad. 

En todo este contexto, y pese a que el tamaño importante, digan lo que digan, hay empresas de telecomunicaciones dedicadas al desarrollo y la implementación de tecnología WiFi que cada vez están teniendo más peso y fuerza en el mercado. De este modo, los tres grandes operadores que quieren hacer del 4G la tecnología del futuro, deberán hacer un último esfuerzo por asegurar su utilidad real dentro de unos márgenes lógicos en el consumo y el gasto del mismo. Así pues, la batalla entre el 4G y el WiFi sigue en lo más alto. 

Por: Raúl Masa (@raulmasa)

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