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Descansando limpios y en paz con Eternalia


La limpieza de tumbas lleva a un emprendedor a pasar del paro a tener una empresa con delegaciones en 12 provincias. Eternalia es el nombre de la empresa fundada por Juan Pedro Mellinas a principios de 2011, después de estar un año desempleado. La idea surgió tras observar que no existía ninguna empresa que se encargarse de la limpieza de nichos y tumbas en su región

Tras dos años de actividad, a principios de 2013, decidió expandir su modelo de negocio por el resto de España, a través de franquicias. La fórmula ha tenido bastante éxito, ya que ha conseguido abrir 11 establecimientos, que se suman al originario de Murcia. 

Los clientes pueden elegir entre una limpieza puntual o servicios de mantenimiento que incluyen varias limpiezas al año. También se ofrece la posibilidad de colocar flores y otros elementos decorativos, así como la realización de reparaciones. Los precios varían en función del tipo de sepultura y del número de limpiezas contratadas. Un mantenimiento anual básico, incluyendo varias limpiezas, suele rondar los 100 euros. 

Muchos de los clientes son personas que viven a cientos de kilómetros del cementerio donde tienen a sus familiares enterrados. También es muy frecuente el caso de personas de avanzada edad, con dificultades para desplazarse o subirse a una escalera. Pero también se da el caso de personas que contratan los servicios por falta de tiempo o simplemente por comodidad. 

Evidentemente, las personas que trabajan en Eternalia no tienen ningún miedo a trabajar dentro de los cementerios, lo que realmente temen son las limpiezas de enterramientos abandonados durante años. En esas tumbas se han acumulado capas de suciedad, barro y moho, o incluso arbustos que salen de las juntas de las sepulturas. Esto hace que la primera limpieza resulte muy laboriosa. 

Aunque desde 2011 se han creado varias empresas similares en varias provincias, imitando a Eternalia, la principal competencia viene de la “economía sumergida”. Con la llegada de la crisis, parece que son muchos los que han visto en esta actividad una forma fácil de obtener unos ingresos extras sin dejar de cobrar subsidios. El problema se agrava cuando se hace en cementerios municipales y las autoridades competentes prefieren hacer “la vista gorda”, ante ilegalidades cometidas dentro de los recintos públicos que gestionan. 

Por: Ahora Empresas (@ahoraempresas)

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