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La España del 4G no tiene cobertura

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Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga y Murcia. Esas son las ciudades que desde un primer momento gozarán de la tecnología 4G que Orange tiene previsto incluir en su paquete de comercialización para tener acceso a Internet. Más adelante se sumarán otras tantas hasta llegar a las 15 que en un primer momento ha prometido de cara a 2014. Eso supondría, estiman, un total de 12 millones de habitantes

Por su parte, Yoigo, que pese a haber sido la primera en anunciarlo, no será la primera en llevarlo a cabo, puesto que su anuncio para el 18 de julio fue adelantado por la compañía de origen francés, tiene previsto llegar a un 37% de la población para finales de año, incluyendo en este acceso ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Zaragoza, Málaga, Murcia y Alicante. 

Ahora bien, ¿y qué pasa con las demás ciudades? ¿Qué hay de las zonas más alejadas de los grandes núcleos urbanos? Por desgracia todo seguirá como en la actualidad: zonas que ni si quiera tienen casi la posibilidad de tener línea de teléfono. Bien es cierto que se trata de las zonas más apartadas y donde llevar la tecnología móvil supone una inversión para cualquier empresa que difícilmente tiene retorno. 

No obstante, y ante esta guerra abierta por el 4G, a la que todavía faltan por sumarse Telefónica y Vodafone, quizá cabe plantearse dos cuestiones que, realmente, tienen fácil respuesta para los operadores de telecomunicaciones. Por un lado, la verdadera necesidad de desarrollar una tecnología de acceso a Internet más potente que la que existe en estos momentos, 3G. Y por otro, ese “abandono” a las personas que viven alejadas de las zonas más rentables económicamente. 

La primera respuesta es sencilla: Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Australia, Corea del Sur… Estando disponible en los principales ejes comerciales del mundo, España no puede mantenerse al margen. Además, se trata de generar una necesidad de consumo que puede ser irreal, pero que vuelca del bolsillo del consumidor al de las compañías de telecos muchos millones de euros gracias a la necesidad de nuevos dispositivos móviles que soporten esta red. 

En el otro aspecto sucede lo mismo. Si se ve un mapa de coberturas de Orange y Yoigo, por ejemplo, las primeras en llegar al 4G, se puede apreciar que ni siquiera tienen un gran alcance con tecnologías anteriores. Esto ya deja bien claro que la preocupación no es llegar a la mayor parte del territorio, sino a un gran número de población, aunque eso deje fuera de escena a muchos miles de personas. Así lo refleja un Informe de la CMT donde todavía hay ciudades españoles con menos del 80% de cobertura en la red 3G.
 

Realidad y negocio 
La hipocresía es un mal compañero de viaje para la realidad. Que hay localidades españolas donde la única alternativa para tener una línea de teléfono y conexión a Internet para por Telefónica es cierto. Quizá no sean muchos, pero sí bastantes como para que el Gobierno, la CNC y quien proceda, tomen cartas en el asunto para que miles de personas tengan derecho a las mismas posibilidades competenciales en materia de consumo que tienen el resto de españoles. 

Si bien es cierto que la regulación en cuestión de redes compartidas y demás por la gran empresa azul es algo que ha cambiado bastante, las operadoras que le van a la zaga prefieren poner su empeño y trabajo de los departamentos jurídicos en que la fibra óptica se pueda compartir en zonas rentables, pero no se oye nada sobre hacer despliegues simples de telefonía en el norte de Cáceres. 

Una España de tres velocidades de conexión: los que disfrutarán del 4G, las zonas que tienen, y gracias, la tecnología anterior, y las regiones de España donde Telefónica es la única alternativa para al menos tener teléfono. Tres realidades distintas que dibujan un país con distintas marchas. 

Por: Raúl Masa (@raulmasa)

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